Si entre tus planes está pasarte a finales de este año por Buxtehude, una villa de la Baja Sajonia, en Alemania, además de sus museos, el casco antiguo o los paisajes que deja el río Este, esta pequeña población te ofrece una experiencia histórica: visitar y didfrutar de la primera línea de ferrocarril para pasajeros que opera solo con trenes propulsados por hidrógeno.
Alemania ha querido iniciar la movilidad pública sostenible con un “hito en el camino hacia la neutralidad medioambiental del sector del transporte”, en palabras de sus autoridades.
Y lo hace echando mano del hidrógeno!!
Este iniciativa se dará en la ruta de Bremervörde, que comunica las localidades de Cuxhaven, Bremerhaven, Bremervörde y Buxtehude, y completará un proceso iniciado ya hace años. La primera prueba comercial se llevó a cabo en 2018 con locomotoras de hidrógeno que han seguido circulando desde entonces en un viaje de cien kilómetros de largo, junto a otros trenes de combustión diésel.
Ahora son los nuevos trenes de hidrógeno los que van a operar de forma exclusiva en esta ruta. Catorce vehículos que reemplazarán de forma progresiva los modelos de trenes de diesel. Se estima que la flota al completo esté funcionando en cuestión de meses, antes que finalice 2022.
En la iniciativa —de 93 millones de euros— están embarcados la agencia de transporte LNVG, el fabricante Alstom, la compañía de ferrocarriles Elbe-Weser (EVB) y Linde.
Los trenes por hidrógeno empleados en la línea serán los Coradia iLint de Alstom, que funciona con una pila de combustible de hidrógeno, ofrecen una autonomía de mil kilómetros y es capaz de alcanzar los 140 km/h.
“Está totalmente libre de emisiones, es silencioso y solo emite vapor de agua y condensación”, destaca la compañía, con contratos para suministrar trenes en Alemania, Italia y Francia. En el caso de Bremervörde se ha montado ya una estación de servicio de hidrógeno operada por Linde.
Si bien en general en Europa incluída Alemania, se está apostando por la electrificación en los transportes, los sistemas de movilidad por hidrógeno ofrecen algunas ventajas interesantes para las líneas ferroviarias locales.
España tampoco permanece al margen de la carrera por la movilidad pública e hidrógeno. En Barcelona o Valencia se apuesta ya por él para reducir la huella medioambiental de su flota de autobuses urbanos y hay ya empresas trabajando para lograr un ferrocarril de hidrógeno.
